Cuando aquí un servidor era un colegial, entre unas y otras clases de dibujo te repetían, una y otra vez, que había tres colores básicos: azul, rojo y amarillo. Los demás colores se formaban por la mezcla de esos tres colores. Además de eso, un profesor nos enseñó que si en un disco de papel pintaba separados los siete colores del arco iris y hacía girar ese disco con un taladro, conseguía mezclar esos siete colores obteniendo el blanco.
Y con eso uno salía tan pancho, dispuesto a comerse el mundo. Pero un día las hormonas hacían que quisieras hablar con una chica... y entonces descubrías que no eras más que un lisiado cromático...
¿Cuántos colores puede reconocer un varón (reconozcamos que el defecto en cuestión es más propio de nuestro sexo) vulgar y corriente? Azul, rojo, amarillo, verde, naranja, rosa, marrón, blanco, negro y gris... básicamente. Eso hacen diez. Diez colores con los que manejarse. ¿Y los tonos? Pues sí, claro. Y cualquier varón típico contesta que por supuesto que domina toda la gama de tonos, por ejemplo, de verdes: está el verde claro, el verde oscuro, el verde más claro, el verde más oscuro... Combinando las palabras "más", "menos", "claro" y "oscuro" consigue definir toda la gama de verdes que se puede encontrar. Y se cree el ser más feliz del mundo.
Feliz en su ignorancia, por supuesto, pues llega un día en el que empieza a oír conceptos que jamás pasarían por su cerebro; tonos que solo pueden venir de una mente superdotada (o tal vez diabólica). Empiezan con colores nuevos y difíciles de distinguir: el violeta y el morado (que uno se empecina en creer que son el mismo pero no, son "completamente diferentes"), el magenta, el lila, el fucsia... Incluso colores nuevos !que uno no sabe exactamente cómo escribir!. Y es qué, ¿de qué idioma viene la palabra "beige" (leasé, "beis")?
Tras el descabale mental sufrido con los colores nuevos, se descubre que lo de "oscuro" y "claro" para los tonos es algo demasiado simple; vamos a complicarlo un poco. Volviendo a los verdes, tenemos el verde esmeralda, el verde limón, el verde manzana (por cierto, de tonos "manzana" también existe el rojo manzana; sin embargo, la mayoría de las manzanas son amarillas y no existe un tono llamado "amarillo manzana"). Existen tonos de cosas que la mayoría de la gente no ha visto en su vida (azul cobalto, por ejemplo), o de cosas que no tienen color en sí (azul eléctrico) y hasta de cosas de las que es muy opinable que sean de ese color: así te encuentras el azul petróleo (yo juraría que el petróleo es negro, no azul). Pero mi favorito de todos es... el rosa palo; ¡¿palos rosas?!. ¿Se puede saber quién ha visto en su puñetera vida un palo de color rosa en condiciones normales?
Y cuando se cree que no se puede ir más allá, cuando se está asimilando ya que hay un mundo que nuestros ojos y cerebros jamás podrán entender, alguien remata la faena hablando de tonos de colores que no pueden tener tonos. Y es que... ¿cómo puede haber tonos de blancos y negros? Pues los hay: el negro tinta, el negro betún, el negro carbón, el blanco nuclear, el blanco marfil, el blanco hueso, el blanco roto...
Sé que no soy el único, que hay alguien más ahí que se siente un torpe mental cada vez que se enfrenta a todo este laberinto de colores. Y dicen que "mal de muchos, consuelo de tontos", lo que quiere decir que este "tonto cromático" necesita consuelo y que alguien más admita su tara. ¿Alguien se atreve?